El exprocurador General de la República, Jesús Murillo Karam, se encuentra en terapia intensiva y bajo observación ante el riesgo de sufrir un coágulo cerebral, informó la defensa del funcionario en el sexenio de Enrique Peña Nieto, quien se encuentra bajo prisión preventiva por el caso de la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa.
Murillo Karam fue intervenido el 20 de octubre en el Instituto Nacional de Cardiología ‘Ignacio Chávez’ con una cirugía de emergencia Endarterectomía Carotídea de alto riesgo, operación en la cual se extrae quirúrgicamente de una arteria la placa que la obstruye.
“Los estudios practicados al licenciado Murillo Karam revelaron otra carótida obstruida, por tanto, se espera que los médicos a cargo determinen el tratamiento a seguir y si es necesario una nueva cirugía, ya que el estado de la arteria mencionada eleva el riesgo de un coágulo cerebral”, indicó en un comunicado José Javier López García, defensor particular del exfuncionario.
Arturo Nahle García, presidente del Supremo Tribunal de Justicia de Zacatecas, dio a conocer el 20 de octubre que Jesús Murillo Karam estaba en terapia intensiva.
“Ministro Arturo Zaldívar, el licenciado Jesus Murillo Karam está en terapia intensiva después de una cirugía urgente en el Hospital de Cardiología, si todo sale bien es impensable que regrese a prisión, ruego su intervención para que se resuelva el cambio de medida cautelar”, dijo el magistrado.
El exprocurador Murillo Karam fue llevado al hospital esa semana, luego de presentar problemas de salud.
El 20 de agosto, el juez Marco Antonio Fuerte Tapia determinó dictar la medida cautelar de prisión preventiva justificada contra el exprocurador general de la República, Jesús Murillo Karam , por los delitos de desaparición forzada, tortura y contra la administración de justicia, en el caso Ayotzinapa.
El exfuncinario fue trasladado entonces al Reclusorio Norte de la capital mexicana.
La Fiscalía General de la República (FGR) acusó al exprocurador Jesús Murillo Karam de “fraguar”, “urdir”, “crear”, “montar” y “disfrazar” la llamada “verdad histórica” que se dio a conocer en el caso de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa.