Durante la reapertura de la zona arqueológica de Dzibilchaltún, Arturo Chab, titular del INAH Yucatán, informó que es probable que el cenote no vuelva a abrir sus puertas al público debido a la contaminación que ha sufrido a causa de los fraccionamientos residenciales.
“Ahorita con todos los problemas sanitarios que ha habido consideramos que no es idóneo que los visitantes se sumerjan en el cuerpo de agua. Ni siquiera estamos considerando su reapertura. Recordemos que cerca de Dzibilchaltún ya se han desarrollado diversos proyectos inmobiliarios, La Ceiba se encuentra apenas a un kilómetro de aquí, creemos que el manto acuífero ya está presentando algunos problemas de contaminación, no nada más en el cenote, inclusive en la propia extracción de agua”, explicó Chab.
El funcionario federal aseguró que durante años han alertado sobre las afectaciones al manto acuífero de la zona por el incremento de fraccionamientos y dijo que el cenote ya no se encuentra en óptimas condiciones para recibir a los visitantes porque presenta contaminación por heces fecales.
Será la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) la encargada de realizar los análisis del agua para determinar el grado de contaminación que presenta, aunque el titular local del INAH asegura que ya no es factible su apertura al público.
Arturo Chab recordó que desde hace algunos años se colocaron los letrero de “sumérjase bajo su propio riesgo” debido a que ya se había detectado contaminación en las aguas del cenote ubicado dentro de la zona arqueológica.
Por ello, será la comisión del gobierno federal la que realice los análisis correspondientes.
“No hay condiciones ni siquiera de seguridad y hay que determinar si reabrirlo es lo más idóneo porque ustedes saben que nadar en un cenote, con bloqueador, sin bañarnos, etcétera, es una manera de alterar el medio ambiente. Hay otros cuerpos de agua que por sus condiciones sí es factible (el sumergirse), pero en éste (Dzibilchaltún) ya no”, insistió el funcionario.
La zona arqueológica de Dzibilchaltún reabrió sus puertas al público este lunes 25 de julio tras varios meses de cierre a causa de un reclamo por parte de los ejidatarios propietarios del terreno donde se encuentra el sitio turístico.
Autoridades informaron que el museo y el cenote permanecerán cerrados, aunque es probable que sólo el museo vuelva a recibir visitantes a causa del nivel de contaminación del ojo de agua.
El INAH reportó que se realizará una restructuración del museo porque tras el cierre la humedad se filtró en el recinto y es necesario volver decidir algunos ajustes para las piezas ahí expuestas, aunque aseguró que no existe deterioro en ninguna de ellas.
Con información de La Jornada