La indignación y la incertidumbre se apoderan de los trabajadores del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) en Guanajuato, quienes se encuentran en medio de un repentino despido por parte del Gobierno Federa no obstante que el Congreso autorizó la seguridad de esa partida en el Paquete Fiscal 2024. Las protestas estallan mientras los trabajadores se enfrentan a la posibilidad de perder sus empleos o ser trasladados a otras regiones del país.

Yucatán está en la mira de la llamada 4T, al igual que los nueve estados que se resistieron a ceder la calidad de la salud estatal al fracaso tras fracaso en materia de salud en materia federal, la llamada “Tipo Dinamarca”. Sin previo aviso, personal enviado desde la Ciudad de México notifica a estos empleados de la terminación de sus contratos, argumentando la falta de recursos para mantener sus puestos actuales. Esta situación también se replica en hospitales del IMSS a nivel nacional, sumiendo a los trabajadores en un estado de desconcierto y desesperación.

En distintos puntos del país, los manifestantes bloquean vías principales, exigiendo respuestas y denunciando la falta de cumplimiento por parte del Gobierno Federal. Las pancartas y gritos expresan la frustración de quienes fueron considerados héroes durante la pandemia y ahora se encuentran desempleados.

El presidente Andrés Manuel López Obrador reconoce que dejó de asignar fondos, afectando directamente la nómina de los trabajadores despedidos. La falta de transferencia de recursos ha dejado a cientos de familias en una situación precaria, mientras el Gobierno Federal parece priorizar otras agendas.

En las redes sociales, los trabajadores claman por el respeto a sus derechos, denunciando la paradoja de que, mientras se envían recursos a otros países y se brinda ayuda a migrantes, en México no hay fondos suficientes para pagarles a los profesionales de la salud. Esta situación, consideran, es una traición a la labor desempeñada y un desprecio a los trabajadores de la salud mexicanos (continuará).