• 5 de octubre de 2022
  • juan cruz
  • 0

Más de 20 comunidades Mayas de los estados de Yucatán, Campeche y Quintana Roo reclamaron en 2021 a las autoridades federales que “existen graves efectos sobre el medio ambiente y especialmente en las fuentes de agua de las comunidades provocadas por la construcción y operación de las granjas porcinas mega industrializadas de la región. Aunado a que no cuentan con Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) autorizadas y afectan adversamente la calidad del aire, la biodiversidad y la salud humana.

En la Península de Yucatán se encuentra el principal sumidero de carbono del país y la reserva hidrológica de aguas subterráneas más importante a nivel nacional, ya que alberga cuatro acuíferos con una recarga media de 25,316 hm3, es decir, más del 32% de la recarga media de todo el país. Sin embargo, estos atributos se ven amenazados por las granjas porcícolas, toda vez que en la Península de Yucatán se encuentra el 14.2% de las granjas identificadas en la República Mexicana, con un total de 257 granjas porcinas, de estas 86% se localiza en el estado de Yucatán, es decir, 222 (Greenpeace reportó que sólo 18 cuentan con MIA). Le siguen Quintana Roo, con 21 y Campeche con 14, agrega la organización.

Así lo refiere una carta dirigida a Profepa, Semarnat y Conagua, la cual fue presentada por Greenpeace, bajo el título deDegradación ambiental ocasionada por la industria porcícola en la Península de Yucatán”.

Amenazas

Algunas de las acusaciones de la población afectada es que los excrementos de los cerdos pueden contaminar los acuíferos y ponen en peligro los cenotes, lugares sagrados para los mayas e importante fuente de agua para la población, por lo que ciudadanos se han movilizado para lograr el cierre de las granjas en la Península de Yucatán.

Los cenotes son sitios de numerosos endemismos como la anguila ciega, Ophisternon infernale, y la dama blanca, Ogilbia pearsei, y crustáceos como Creaseria morleyi y Typhlatya campecheae, las cuales están en peligro debido al vertimiento de sustancias contaminantes al cuerpo de agua como los nitratos provenientes de las excretas de los cerdos en las granjas industriales o la remoción de la vegetación circundante que evita la infiltración del agua y ocasiona el deterioro del ecosistema, reconoce Greenpeace.

Esta pérdida de biodiversidad se ve magnificada debido al establecimiento y operación de las granjas porcícolas, ya que el 45% de estas, están instaladas sobre selva seca, o que ocasiona particular impacto sobre la selva mediana caducifolia y subcaducifolia.

Se han identificado 43 granjas porcícolas en cuatro Áreas Naturales Protegidas y en cuatro sitios Ramsar: Laguna de Términos, Reserva Geohidrológica Anillo de Cenotes, Parque Estatal Laguna de Yalahau, y Reserva de la Biosfera Ría Celestún.

Casos destacados

Uno de los logros más destacados de este 2022 fue que en Yucatán se realizó una denuncia debido a la severa contaminación y malos olores de las descargas de agua con heces fecales, en la localidad de Sitilpech, en el municipio de Izamal, con ello pobladores pudieron frenar la granja Kancabchén II, la cual tiene una producción anual de aproximadamente 48 mil cerdos.

En Campeche también se logró frenar la producción de una granja ubicada en la Península de Atasta, en Nuevo Progreso, en el municipio de Carmen. Donde pobladores protestaron contra las autoridades municipales en 2019 para cerrar la granja industrial porcícola “Operación de Módulos de Crianza y Producción de Cerdos Agropecuaria Dybran” a mediados de febrero del 2019, ya que la granja carecía de un área de servicios y sistema de manejo de aguas residuales.

Así lo revela Lourdes Badillo, fundadora de la asociación “Movimiento Alterno para la Recuperación de los Ecosistemas Azul” (Marea-Azul).

Explicó que los pobladores se manifestaron por los olores que respiraban, además de que las heces de los animales eran vertidas en fosas que incumplían con las normas ambientales, por lo que el Ayuntamiento no tuvo más remedio que clausurarla a través de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente, clausuró la granja por violar las leyes ambientales dentro del polígono del Área de Protección de Flora y Fauna “Laguna de Términos” (APFFLT).

Las granjas industriales que crían y engordan miles de cerdos dejan las zonas llenas de heces y en volúmenes importantes que degradan el entorno y contaminan el manto freático.

Por qué el excremento de los cerdos es tan contaminante

De acuerdo con el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) (Domínguez et al., 2014), los cerdos no absorben la totalidad de los nutrientes que consumen y excretan:

  • 45 a 60% de nitrógeno (N)
  • 50 a 80% de calcio (Ca) y fósforo (P)
  • 70 a 95% de potasio (K), sodio (Na), magnesio (Mg), cobre (Cu), zinc (Zn), manganeso (Mn) y hierro (Fe).

Por ende, la ausencia de manejo de estos residuos es altamente contaminante para los cuerpos receptores (agua, aire y suelo). La excreción exagerada de nitrógeno puede contaminar el suelo y el agua y dar lugar a la producción de óxido nitroso (N2O), un gas de efecto invernadero que se libera en el aire a partir del estiércol.

El nitrógeno excretado por la orina se halla principalmente en forma de urea, la cual se convierte con facilidad en amoniaco (NH3) y dióxido de carbono (CO2) por la enzima ureasa presente en las heces.

Además, los principales factores que inciden en las emisiones de metano (CH4) en las granjas industriales de porcinos son:

  • La cantidad de estiércol que se produce. Depende de la tasa de producción de desechos por animal y de la cantidad de animales.
  • La porción de este que se descompone anaeróbicamente (sin oxígeno). La cual es resultado de la forma en que se gestiona el estiércol.

 

Por Lisseth Castro Alanis