El año está por finalizar y con el nuevo año llega enero, el mes más complicado para la economía, pues los gastos de las vacaciones, las cenas decembrinas y el aumento a los cigarros, refrescos y a la gasolina ejercerán una gran presión en tu bolsillo.

Para poder sobrevivir y superar con éxito la cuesta de enero, existen algunos consejos para poder estar más calmado en materia económica durante este duro mes que se nos avecina:

Lo más recomendable, y lo primero que deberíamos hacer, es elaborar un presupuesto que contemple ingresos y gastos del mes, tales como los suministros, la gasolina, las compras de bienes de primera necesidad, etcétera.

Una buena forma de elegir hacia dónde irá nuestro dinero este mes es ordenar en una lista los gastos en función de su urgencia e importancia, lo fundamental es pagar los bienes esenciales y aligerar las deudas que puedas tener.

Es importante reducir y evitar todas aquellas compras innecesarias, como por ejemplo pedir comida a domicilio. Tomar este tipo de decisiones ayudará a no gastar más de la cuenta y que los números cuadren a final de mes.

Para poder ahorrar, es necesario aplicar un consumo responsable y evitar a toda costa el desperdicio. Debemos ser realistas y conscientes de nuestra situación económica, si hay un lugar de la casa en el que no vamos a estar durante un largo periodo de tiempo, no es necesario que la calefacción esté encendida, por ejemplo.

Enero es un mes delicado, ya que también comienza la campaña de rebajas. Si durante este mes no disponemos del dinero suficiente como para comprar algo, que no cunda el pánico, las rebajas continúan en febrero, así que debemos ser fuertes y no dejarnos llevar por esos precios tan jugosos, al menos no en cuanto se oferten.

Para poder ahorrar en los precios de los productos que compramos debemos comparar en varios emplazamientos, pues, en la mayoría de las ocasiones, los precios variarán. Si un kilo de arroz cuesta 80 céntimos de euro en un supermercado y en otro vale 1,40, es mejor comprarlas en el primero, aunque su calidad sea un poco inferior, todo vale para llegar “vivos” a fin de mes.

En el ámbito de la movilidad, si nuestro trabajo se encuentra próximo al domicilio, podemos aprovechar para ir andando o en bicicleta y, así, ahorrar en gasolina. Si por el contrario, nuestro lugar de trabajo se encuentra medianamente apartado, siempre existe la posibilidad de utilizar el transporte público que, en la mayoría de las ocasiones, nos resultará más económico que utilizar el automóvil.

Una alternativa a este indiscriminado gasto de dinero es, evidentemente, buscar más ingresos. Respecto a este tema, todos tenemos cosas en casa que nunca hemos utilizado o que ya hace tiempo que no usamos. Para este tipo de artículos existen diversas plataformas y aplicaciones que permiten poner todos estos materiales a la venta.